La enfermedad de Parkinson es un trastorno crónico, progresivo y neurodegenerativo. Se caracteriza principalmente por sus síntomas motores como rigidez, temblor en reposo, bradicinesia (lentitud del movimiento) e inestabilidad postural.
Se acompaña también de síntomas no motores como: alteraciones del sueño, sialorrea (salivación excesiva), hiposmia (disminución del olfato), trastornos gastrointestinales, urinarios, cambios cognitivos y comportamentales, etc.
Enfermedad de Parkinson
La enfermedad de Parkinson es un trastorno crónico, progresivo y neurodegenerativo. Se caracteriza principalmente por sus síntomas motores como rigidez, temblor en reposo, bradicinesia (lentitud del movimiento) e inestabilidad postural.
Se acompaña también de síntomas no motores como: alteraciones del sueño, sialorrea (salivación excesiva), hiposmia (disminución del olfato), trastornos gastrointestinales, urinarios, cambios cognitivos y comportamentales, etc.
¿Cuál es la causa?
La causa de la mayoría de los casos de EP aún se desconoce, aunque se considera que las causa es multifactorial y que tanto la predisposición genética como el ambiente interactúan para causar la EP en la mayoría de las personas que la padecen.
¿Cómo se diagnóstica?
La enfermedad de Parkinson suele diagnosticarse clínicamente, lo que significa que un neurólogo busca la presencia o ausencia de los síntomas de la enfermedad entrevistando al paciente y realizando un examen neurológico detallado. La EP a menudo puede ser identificada por un neurólogo general, que está capacitado para diagnosticar y tratar trastornos neurológicos. Para evitar diagnósticos erróneos, se recomienda la consulta con un especialista en trastornos del movimiento. Un especialista en trastornos del movimiento es un médico que se ha sometido a un entrenamiento adicional de subespecialidad en el diagnóstico y tratamiento de trastornos del movimiento, como la enfermedad de Parkinson después del entrenamiento en neurología general.
¿Hay un tratamiento?
Una vez diagnosticada la enfermedad de Parkinson, hay que centrarse en mejorar los síntomas y mantener un estilo de vida activo y positivo. Aunque actualmente no existe una cura para la enfermedad de Parkinson, es posible controlar con éxito los síntomas a través de cambios en el estilo de vida, medicamentos y, en algunos casos, cirugía.